ORIGEN Y LEYENDA:
El Laurel, según los antiguos Griegos, estimulaba los dones proféticos. Paracelso hablaba de la “Dafnomancia” o adivinación con las hojas de Laurel. Con sus ramas, se hacía una corona que se ponía el adivino, después se echaba al fuego una rama seca y por el chisporroteo, el centelleo de las ramas y el humo, estos adivinos sacaban sus presagios.
Los griegos, a su regreso del famoso “oráculo de Delfos”, se coronaban con sus hojas si el oráculo les había sido favorable.
USO ESOTÉRICO:
Adivinación, cartomancia.
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