ORIGEN Y LEYENDA:
Uriel es interpretado como “Fuego de Dios”, tal y como leemos que apareció el fuego en la zarza. Leemos también que el fuego fue enviado desde arriba y llenó lo que estaba mandado.
Se le representa con una espada de fuego en el Jardín del Edén. Se le considera el Arcángel puesto por Dios a las puertas del Paraíso, el que expulsó a Adán y Eva, custodio de su entrada con aquella espada de fuego de la que nos habla el Génesis. En la iconografía se representa a San Uriel mostrando su pecho y su corazón ardiente de caridad, para dejar salir el Fuego Sagrado del Amor.
Se dice que San Cayetano fue guiado por este arcángel. Uriel le proveyó de paciencia y de confianza en todo momento, en la presencia divina de Dios.
A Uriel se le representa combatiendo el espíritu de la ira, del odio y de la impaciencia, poniendo en el corazón las virtudes de la dulzura, benignidad, paciencia y mansedumbre. “Aprended de Mí que soy manso y humilde de corazón ; y hallaréis descanso a vuestras almas”(Mateo 11,29).
Es el arcángel de la salvación. Uriel brinda energías transformadoras a la mente y es la presencia súper lumínica. Se le invoca para abrir horizontes y lograr soluciones adecuadas. Son sus virtudes la paz, la armonía y la provisión material. Pedimos a San Uriel, nos libre de caer en la pasión del odio, la ira y la impaciencia, y también que nos proteja de personas malvadas, iracundas, nerviosas, y derrame en nuestro corazón y en el alma de los que nos rodean, el amor, dulce, suave y sereno.
COMPONENTES:
Jengibre, Clavo de olor, Sándalo, Canela, Manzana.
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