La malaquita es un mineral que debe ser tratado con mucha precaución porque tiene un enorme poder, ya que amplifica tanto las energías positivas como las negativas.

Es una importante piedra protectora pues absorbe de una forma muy fácil las energías negativas.

En la cultura Egipcia la preferían por su magnífico poder. Los gobernantes cubrían el interior de sus tocados y ropas con malaquitas porque creían que los ayudaría a gobernar mejor.

La gema también limpia y activa los chacras. Puesta sobre el tercer ojo aumenta el poder de visualización y la visión psíquica y, puesta sobre el corazón, aporta equilibrio y armonía.