El uróboros es un símbolo ancestral que muestra un gusano, una serpiente o un dragón. engullendo su propia cola y formando así un círculo. En algunas representaciones antiguas aparece complementada con la inscripción griega Hen to pan, es decir el Uno, el Todo. Se asocia a la alquimia, al gnosticismo y al hermetismo. Representa la naturaleza cíclica de las cosas, el eterno retorno y otros conceptos percibidos como ciclos que comienzan de nuevo en cuanto concluyen. En un sentido más general simboliza el tiempo y la continuidad de la vida. En algunas representaciones el animal se muestra con una mitad clara y otra oscura haciendo recordar la dicotomía de otros símbolos similares como yin yang. En la Alquimia, el Ouroboros simboliza la naturaleza circular de la obra del alquimista que une los opuestos: lo consciente y lo inconsciente. En la mitología nórdica, la serpiente Jormungand llegó a crecer tanto que pudo rodear
el mundo y apresarse su propia cola con los dientes.
Según la Enciclopedia Británica, el Uróboros, es la emblemática serpiente del antiguo
Egipto y la antigua Grecia, representada con su cola en su boca, devorándose
contínuamente a sí misma. También es perpetua transmutación de muerte en vida,
la dialéctica material de la vida y de la muerte,
la muerte que sale de la vida y la vida que sale de la muerte.
Pero no solo es promotor de vida, lo es también de duración: crea el tiempo,
como la vida, en si misma.
Expresa la unidad de todas las cosas, las materiales y las espirituales, que nunca
desaparecen sino cambian de forma perpetua en un ciclo eterno de destrucción
y nueva creación.
Símbolo de manifestación y de reabsorción cíclicas.
En algunas representaciones antiguas aparece complementada con la inscripción griega
Hen to pan, es decir el Uno, el Todo.
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